Tareas 2º Edición de
lazarillos
DESCRIPCIÓN DE LA TAREA 3
1º ACTIVIDADES PARA LOS LAZARILLOS
1. El
Lazarillo selecciona un relato corto (puede ser un clásico de la tradición
popular, pero sin olvidar que sus alumnos son de 5º y 6º de Primaria, por lo
que se sugieren cuentos de Roald Dahl, Gianni Rodari y similares), que tenga
una extensión de no más de 25 líneas.
2. Eligirá
6-8 sustantivos de los que buscará su definición en el diccionario.
3. El
lazarillo copiará esa definición y la colocará en lugar del sustantivo, para
que se vea clara la definición se usará un color diferente al del texto
general.
4. Una vez
el relato esté rehecho, el lazarillo lo coloca en una nueva entrada de su blog,
bajo el epígrafe de Tarea 3ª y el título del relato.
Ejemplo:
1. Selección.
“Había una vez una mosca que todas las noches soñaba que era un águila y que se encontraba volando por los
Alpes y por los Andes.
En los
primeros momentos esto la volvía loca de felicidad; pero pasado un tiempo le
causaba una sensación de angustia, pues hallaba las alas demasiado grandes, el
cuerpo demasiado pesado, el
pico, demasiado duro y las garras
demasiado fuertes; bueno, que todo ese gran aparato le impedía posarse a gusto
sobre los ricos pasteles, o sobre las basuras de los humanos,
así como sufrir a conciencia dándose golpes contra los cristales de su cuarto.
En realidad
no quería andar en las grandes alturas o en los espacios libres, ni mucho
menos.
Pero cuando
volvía en sí lamentaba con toda el alma no ser un águila para remontar montañas, y se sentía
tristísima de ser una mosca,
y por eso volaba tanto, y estaba tan inquieta, y daba tantas vueltas, hasta que
lentamente, por la noche
volvía poner las sienes en la almohada”.
2. Sustitución de los sustantivos.
“Había una
vez un insecto díptero, muy
común y molesto, de unos seis milímetros de largo, de cuerpo negro, cabeza
elíptica, más ancha que larga, ojos salientes, alas transparentes cruzadas de
nervios, patas largas con uñas y ventosas, y boca en forma de trompa, con la
cual chupa las sustancias de que se alimenta, que todas las noches soñaba que era un Ave rapaz diurna, de
ocho a nueve decímetros de altura, con pico recto en la base y corvo en la
punta, cabeza y tarsos vestidos de plumas, cola redondeada casi cubierta por
las alas, de vista muy perspicaz, fuerte musculatura y vuelo rapidísimo y que se encontraba volando por los
Alpes y por los Andes.
En los
primeros momentos esto la volvía loca de felicidad; pero pasado un tiempo le
causaba una sensación de angustia, pues hallaba las alas demasiado grandes, el
cuerpo demasiado pesado, la parte saliente de la
cabeza de las aves, compuesta de dos piezas córneas, una superior y otra
inferior, que terminan generalmente en punta y les sirven para tomar el
alimento, demasiado
duro y las garras demasiado fuertes; bueno, que todo ese gran aparato le
impedía posarse a gusto sobre las ricas masas de harina y
manteca, cocida al horno, en que ordinariamente se envuelve crema o dulce, o sobre las basuras de los humanos,
así como sufrir a conciencia dándose golpes contra las piezas de vidrio u
otra sustancia semejante que cubren un hueco en una ventana de su cuarto.
En realidad
no quería andar en las grandes alturas o en los espacios libres, ni mucho
menos.
Pero cuando
volvía en sí lamentaba con toda el alma no ser un Ave rapaz diurna, de ocho a nueve decímetros
de altura, con pico recto en la base y corvo en la punta, cabeza y tarsos
vestidos de plumas, cola redondeada casi cubierta por las alas, de vista muy
perspicaz, fuerte musculatura y vuelo rapidísimo para remontar montañas, y se sentía
tristísima de ser un insecto díptero, muy común y molesto, de unos seis milímetros de
largo, de cuerpo negro, cabeza elíptica, más ancha que larga, ojos salientes,
alas transparentes cruzadas de nervios, patas largas con uñas y ventosas, y
boca en forma de trompa, con la cual chupa las sustancias de que se alimenta, y por eso volaba tanto, y estaba
tan inquieta, y daba tantas vueltas, hasta que lentamente, por el tiempo en que falta la claridad del día, volvía a poner las sienes en el colchón pequeño que sirve para reclinar sobre él la cabeza en la
cama”.